Pirograbado: el arte de quemar con estilo y estética

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El primer golpe de vista devuelve una foto en sepia. El segundo, también. Al acercarse, la impresión no cambia. Recién al tacto, cuando la madera regala su textura y temperatura inconfundibles, se constata que es algo más: una imagen finamente grabada, delicada, sutil, armoniosa, con movimiento, con vida, con dedicación.

Esta secuencia de “golpes de vista” la genera los trabajos pirograbados en madera del artísta neuquino Lucas Germán Malbos, “Lucón” es su seudónimo, que los expone en el Patio Interno del Concejo Deliberante.

Se topó con esta rama del arte casi por casualidad. Su madre, estrechamente ligada al arte, recibió un pirograbador para uno de sus cumpleaños. “Se lo regaló mi hermano. A mí me llamó poderosamente la atención. Me lo prestó, hice algunas cositas y realmente me cautivó”, cuenta hoy, muchos años después de aquel episodio que lo marcó para toda la vida

Desde ese entonces invierte mucho de su tiempo y su capacidad creativa para retratar a grandes personalidades de la política (Juan Domingo Perón) y la música (Charly, Cerati, Spinetta, Calamaro y más), para copiar una escena o un paisaje que le resultó atractivo o para bucear en su imaginación y quemar en madera una guitarra que flota en el cosmos y suelta acordes en medio de una constelación.

El pirograbado viene del griego piros (fuego) graphos (escritura). Es una técnica de dibujo, primordialmente, empleando el pirograbador. “Es un aparato parecido a una soldador de estaño”, es la explicación sintética del artista. Este artefacto emplea electricidad para generar el calor suficiente en la punta con la que se quema el material seleccionado: papel, cartón, madera o derivados de alguno de ellos. Dispone de varios mangos y diversas cabezas con diferentes formas las que, regulando la intensidad del calor que desprende la punta, se consigue la fuerza en el quemado y, consecuentemente, las distintas tonalidades del marrón suave al negro absoluto.

Como todo artísta está en la búsqueda permanente. Superó la etapa del perfeccionamiento y la depuración del dibujo y la técnica. Ahora su objetivo es vivir de su trabajo, de su arte. Es por eso que buena parte del día está “pirograbando”. Lo hace por encargue, por placer, por pasión, porque se le cruzo una buena idea, por inspiración. “Realmente estoy todo el día trabajando, honrando compromisos o haciendo stock”, cuenta. “Y viendo cómo puedo entrar también al circuito comercial de las artesanías”, agrega entusiasmado.

Grabó en distintos materiales. Muchas de sus trabajos fueron concebidos en fibrofácil. “Pero el álamo común me da todo lo que necesito”, sentencia. “La textura, el color, la nobleza, las vetas, el precio, son cosas que no encuentro en otra madera, en otro material”, detalla agradecido por la generosidad que este le ofrenda.

Lucas Germán Malbos, “Lucón”. Pirograbador. Artísta, músico –toca la guitarra- en sus ratos libres. Apasionado, soñador, metódico, agradecido por todo lo que esta expresión artística le devuelve. Mostró algunas de sus obras, un poco de su trabajo y parte angular de su vida, en el Patio Interno del Concejo Deliberante.

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